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Árbitro correntino discriminado por AFA: “Jamás renunciaría a mis principios para tener más partidos”

Árbitro correntino discriminado por AFA: “Jamás renunciaría a mis principios para tener más partidos”

06.10.2020      10:32| Terminó la pesadilla para Ángel Esteban Ayala, hijo de Ángel Andrés, juez de línea en la década del 90. El Juzgado Nacional del Trabajo en primera instancia N°63 dictaminó que estaba siendo discriminado y le dio lugar al amparo que presentó a través del Sindicato de Árbitros de la República Argentina (SADRA).


Así, Ángel Andrés volverá a dirigir a partir del próximo campeonato de la Primera Nacional, que comenzaría en noviembre.

 

“Uno nunca debe olvidarse de donde salió. El SADRA nos abrió las puertas de la alta competencia cuando no teníamos posibilidades los muchachos del interior”, dijo Ángel, en diálogo con La Dos.

 

Hijo de un ex referí, el sargento denunció “discriminación” y la Justicia determinó que deberá ser designado nuevamente para la Primera Nacional o el Federal A.

 

Ángel Esteban es sargento e instructor en Corrientes y su particular historia mereció la difusión de Clarín, llevando su historia a todo el país.

Desde marzo de 2019, porque una medida de la AFA lo dejó sin partidos.

 

Luego del amparo que presentó a través del Sindicato de Árbitros de la República Argentina (SADRA) para que vuelva a dirigir a partir del próximo campeonato de la Primera Nacional, que comenzaría en noviembre, ahora la Justicia le dio la razón.

 

Ayala es uno de los 16 árbitros que se mantuvo en la estructura del gremio que conduce Guillermo Marconi y que no había vuelto a ser designado por la AFA. En agosto, Abel Marcelo Aredondo, pampeano de 44 años, había sido el primero en destrabar su situación.

 

“Llegué a la AFA gracias al SADRA. Me parecía un acto deshonesto dejar el gremio para tener más partidos. Inclusive, si parecía que algo estaba mal, hubiera sido mejor que mis compañeros se quedaran con nosotros y plantearan la situación", sostuvo.

 

"Gracias a mi padre, tengo principios. No podía perjudicar a quien me ayudó a llegar donde estoy. Uno siempre tiene que reconocer y no traicionar”, agregó.

 

Gente del fútbol

 

Ayala era un lateral “rústico”, según se describe, que jugó en el Montreal correntino. De chiquito acompañaba a su papá a los partidos y le picó el bichito por el silbato. A los 16 años empezó a dirigir. Ya incorporado al Colegio Militar, se desempeñaba como referí en los torneos intercountries.

 

A los 39, con dos hijas (Ángeles de 11 y Stefany de 3), sobrevive como policía y no la pasó bien durante la cuarentena. “Cuando recién empezó el aislamiento, tuve que cubrir el puesto en el puente interprovincial Corrientes-Chaco”, contó. Y volvió a las escuelas para enseñarle a 217 aspirantes a cabo vía Zoom.

 

“El del árbitro es un trabajo de hormiga. Nadie lo ve. Sobre todo, la gente del Interior. Tenés que entrenarte por tu cuenta y cuando te avisan qué partido te toca, hay que tratar de conseguir un compañero que te cubra en las guardias. La vida se arma en base a lo que tenés que dirigir. Los fines de semana salía el viernes hacia Salta, tomaba un colectivo, llegaba, tenía partido a la noche y el lunes volvía a Corrientes. No llegaba a casa y me iba directo al trabajo. Es sacrificado”, contó Ayala.

 

Tranquilidad mental

 

“Yo sabía que hice las cosas bien. Llegaba el fin de semana, estaba el bolso armado y no tenía designación. Ahora tengo una alegría inmensa. Estoy esperando con más ganas los entrenamientos y poder demostrar dentro de la cancha que estoy para dirigir”, sostuvo.

 

"Hay que aprender a vivir con el error y seguir adelante", recalcó Ángel, y la frase –llevada estrictamente a su función arbitral- puede ser utilizada en la vida misma.

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