Corrientes: liberaron a un acusado de violación y por falta de tobilleras tampoco pueden monitorearlo

21.04.2025      17.55| Una jueza de garantías de la ciudad de Corrientes no prorrogó la prisión preventiva de un hombre que estaba detenido por atacar física y sexualmente a una mujer, también la robó. El otro dato llamativo es que a falta de tobilleras electrónicas no se lo podrá monitorear.

El pasado 17 de marzo una mujer de 52 años, comerciante, con domicilio en el Barrio Independencia de la ciudad de Corrientes, denunció a un hombre de 32 años de haberla atacado física y sexualmente. El hecho ocurrió en el departamento de la víctima y el atacante fue arrestado cuando huía del lugar, también robó dinero de la mujer.

Estuvo un mes detenido en la Unidad Penitenciaria 6 y su prisión preventiva no fue prorrogada a pesar de las pruebas presentadas, análisis forenses que corroboraron el ataque físico y sexual. Sin embargo faltaban los exámenes psicológicos que por demorarse no llegaron a tiempo a la magistrada y por eso no extendió más tiempo la prisión preventiva. Tampoco se le pudo poner una tobillera electrónica para controlarlo, “porque no hay”, fue la respuesta de la Justicia correntina. Tampoco pesa sobre el acusado alguna orden judicial de restricción para impedir su acercamiento a la víctima.

Tras la detención se llevó a cabo la primera audiencia de coerción. La fiscal María Lucrecia Troia Quirch, titular de la UFIC N°1, lleva adelante la causa, bajo la órbita de la jueza de Garantías N°2, María Cristina Sánchez, quien a pedido de la principal investigadora ordenó la prisión preventiva para Espinoza por un mes, hasta tanto se realicen todas las pericias ginecológicas y psicológicas sobre Adelina, que ameritan en estos casos. Los forenses hallaron sobrada evidencia genética en la ropa interior de la víctima y en su cuerpo; así como lesiones íntimas compatibles con abuso sexual. De hecho, la causa fue caratulada como "abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual, con acceso carnal en concurso ideal".

El ataque se produjo cuando el hombre contactó a la víctima, la conocía porque fue varias veces al local comercial del cual es propietaria, le había pedido pasar por su domicilio para hacerle algunas consultas. A lo que la mujer accedió diciéndole que lo atendería unos minutos. “Jamás tuvo intenciones de charlar, ni bien llegó me tiró al piso, me sometió agarrándome fuerte del cuello y comenzó a cuestionarme, diciendo que lo menosprecia. Me hizo desbloquear mi teléfono y comenzó a revisarlo, miraba mis fotos, mis mensajes borrando algunos y escribiendo otros a personas, para luego borrar todo. Me insultaba diciéndome barbaridades, tratándome con bajeza”, contó la víctima.