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La nueva vida de Linda Blair, la nena de “El exorcista”: de las adicciones y los problemas con la ley a rescatar animales abandonados
18.09.2021 10:55| Su papel de Regan MacNeil, cuando tenía solo 13 años, marcó un antes y después en su carrera.
Hay gente que intentaba no mirar a la pantalla. Personas que salían corriendo de la sala del miedo que les provocaba. Algunos espectadores llegaron, incluso, a descomponerse y desmayarse en el estreno. Las crónicas de la época reflejaron el impacto brutal que generó en el público en 1973 El exorcista, uno de los grandes clásicos del terror de la historia del cine.
Linda Blair, la actriz que con tan solo 13 años interpretó a la adolescente poseída del film, sintió en carne propia esa gran exposición que se le pegó al cuerpo como el demonio a su personaje de Regan MacNeil. Vivió muchos años presa de las adicciones, interpretando papeles olvidables y hasta llegó a estar condenada en una causa por narcotráfico. Gracias a una reconversión de su vida, su presente está muy lejos de esa oscuridad: desde hace años tiene una fundación que ayuda a animales abandonados.
La relación de Blair con Hollywood empezó desde el día en el que nació, el 22 de enero de 1959: su casa estaba en la calle Hollywood Lane 123, de Saint Louis, Missouri. “Mi mamá me decía que era su tercera hija y que Hollywood Lane era la calle de mi casa y yo decía, esto está bueno”, comentó en un reportaje que le hicieron para el ciclo de biografías Intimate Portrait.
Fanática de los animales, cuando era chiquita quería ser jockey. Su paso por el modelaje a muy corta edad la pusieron en primer plano. Muy rápido, a los cinco años, ya había hecho infinidad de avisos televisivos. Cuando se presentó al casting para El exorcista, el director William Friedkin no dudó y la eligió por encima de 600 actrices. Fue la oportunidad de su vida y el trabajo que le cambió todo.
Cómo fue el rodaje de “El exorcista”
La película se mete en la historia de Regan MacNeil, una nena de 12 años que comienza a tener episodios de salud extraños y sin explicación. La madre la lleva al médico pero ningún análisis arroja un diagnóstico posible. Por eso, la mujer, desesperada, busca la ayuda del padre Damien Karras, que confirma que la chica está poseída por un espíritu maligno. Para salvarla, el Vaticano acepta que le hagan un exorcismo.
El rodaje fue muy complejo por dos motivos. Primero, las sesiones diarias de maquillaje que tenía Blair eran muy extensas: duraban horas. Además, el material que usaban la llegaron a lastimar. “Para una adolescente fue una tortura. Tener todo ese pegamento monstruoso era asqueroso. Lastimó mi cara”, comentó en un reportaje con el canal Studio 10.
El otro motivo era las fuertes escenas que tenía que rodar, teniendo en cuenta que era una adolescente de 13 años. Uno de los elementos que convirtieron al set en una pesadilla para Blair fue la refrigeración. En el film, en varios momentos, el personaje de Regan tiene convulsiones cuando el demonio toma casi por completo a la adolescente. Es en ese instante, sobre todo hacia el final de la película, en el que la entidad diabólica genera un ambiente helado. En la realidad, también ocurría.
Para lograr la producción, había varios aires acondicionados que estaban instalados en ese set lo que obligó a los miembros del equipo técnico a estar abrigados. La única que sufrió las consecuencias del frío fue Blair, que solo podía tener un camisón.
Más allá de las complejidades del film basado en la novela de William Peter Blatty, El exorcista fue un suceso de público. Con un presupuesto mediano para la época de 11 millones de dólares, obtuvo la cifra de 193 millones de dólares, un rendimiento insuperable durante décadas por otras películas del género. Recién cuando se estrenó la primera parte de It en 2017 bajó al segundo lugar de la lista de films de terror más vistas.
Linda Blair tuvo problemas con las adicciones y también con la ley
Pero todo ese éxito le jugó una mala pasada en la vida a Linda. Durante mucho tiempo, la actriz se encontró con que, siendo una joven adolescente, tenía que dar explicaciones ante diferentes entrevistas sobre su papel. “No estaba preparada para eso. Pensaban que yo tenía todas las respuestas sobre la fe y el catolicismo. Fue la cosa más horrible que puedas imaginar”, comentó la intérprete en un reportaje con el sitio Dread Central.
La nueva vida de Linda Blair, la nena de “El exorcista”: de las adicciones y los problemas con la ley a rescatar animales abandonados
Blair consiguió papeles, en general, de una nena víctima en situaciones límite, como en Born Innocent, en 1974, Sarah T. - Portrait of a Teenage Alcoholic, en 1975, y El exorcista II, la secuela de su gran éxito que terminó siendo un fracaso de taquilla descomunal. “Era una máquina de trabajo. Película tras película”, sostuvo en Studio 10. Para ese entonces, 1977, Linda ya sufría de dependencia al alcohol y a las drogas. “Para mí, tomar cualquier cosa que pudiera tomar, vodka o lo que sea, era suficiente para saber que podía tirarme en la cama y quedarme desmayada”, contó en la serie Intimate Portrait.
La intérprete fue arrestada por asociación ilícita y narcotráfico. Había tenido varias comunicaciones con un dealer, a que su vez era criador de perros, que le preguntó si conocía a alguien para venderle cocaína. Ella le dijo que sí y todo quedó registrado por los policías que investigaban a una banda. “Esas fueron las palabras que me condenaron”, comentó Blair, en Intimate Portrait.
El abogado le dijo que era mejor llegar a un arreglo, antes que luchar el caso. “¿Fue difícil vivir con eso? Sí, porque no fue la verdad”, enfatizó. Fue condenada a probation y a integrar grupos que trataran sobre las consecuencias del consumo de drogas.
Linda Blair no pudo volver a tener un éxito como el de “El exorcista”
A partir de ese momento, fines de los ‘70, su vida laboral empezó a cambiar. Hollywood la empezó a ver de reojo. Sus papeles, entonces, fueron desde producciones más chicas o independientes, hasta llegar a la propia sátira de su rol de El exorcista: Cadenas calientes, en 1983; Calles salvajes, en 1984, Caliente al rojo vivo, en 1985, Bad Blood, en 1988, Grotesque, del mismo año y Reposeída, en 1990. Esta última fue importante a nivel económico, porque fue un éxito, pero terminó de ubicarla en un lugar en el que se autoparodiaba.
Con el correr de los años, Blair fue dejando decantar otra de sus pasiones, además de la actuación. Desde chica siempre fue una amante de los animales: durante una rueda de prensa, contó que durante el rodaje de El exorcista llevaba al set a uno de sus gatos porque lo extrañaba mucho.
Ese fanatismo por cualquier mascota la llevaron a ser voluntaria de muchos grupos de asistencia a animales abandonados. Hasta que, hace un tiempo, decidió lanzar su propia ONG llamada The Linda Blair WorldHeart. En una entrevista con The Sydney Morning Herald la actriz dijo que una de las razones que la llevaron a armar esta fundación es porque si encontrás “algo desagradable con los animales, vas a encontrar la peor actividad criminal clandestina”.
Por otra parte, el sentimiento de Blair hacia las mascotas es muy fuerte. “No estamos haciendo lo suficiente en nuestras comunidades para ayudar a los animales indefensos que están sufriendo. Quiero evitar que los refugios tengan que practicar la eutanasia porque no tienen otra opción. Quiero ayudar a las comunidades a encontrar mejores formas de servir a las personas e incluso ayudar a las personas que están perdiendo sus hogares y sus mascotas”, opinó, en el reportaje con Dread Central.
En su cuenta de Instagram, Blair comparte muchas veces fotos de sus trabajos en cine. Su rol de Regan MacNeil aparece, muchas veces, en esas postales. Pero en otras, las más recientes, se la ve junto a sus mascotas o al lado de perros recuperados de sus abandonos. Se nota: ese papel, lejos de sus demonios, es el que la hace más feliz.