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Los monos carayá no tendrían un rol paterno efectivo

Los monos carayá no tendrían un rol paterno efectivo

15.12.2023      10:10| Información inédita que surgen de observaciones durante un proyecto doctoral, permiten conocer un poco más sobre la vida social y familiar de los monos aulladores negros y dorados (Alouatta caraya). El trabajo fue dado a conocer en el marco del 50º Aniversario del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) (CONICET –UNNE).


El trabajo de campo que lleva adelante la licenciada Débora Rocío Gilles junto a un equipo de investigadores y voluntarias de la Estación Biológica Corrientes, busca saber si esta especie de monos presenta “comportamientos paternales efectivos”. Es decir, si como parte de un grupo el macho ejerce el rol de padre y en el caso de la ausencia materna, asume el cuidado de los infantes.

 

El estudio fue presentado en el marco de las III Jornadas Científicas de Ecología y Paleontología organizadas en el marco del 50º Aniversario del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) (CONICET –UNNE).

 

Además de inédito, la importancia del trabajo presentado por la licenciada Gilles está en que aporta más información sobre el comportamiento parental que pueden exhibir los machos adultos de Alouatta caraya, pero sobre todo profundiza el conocimiento de la organización social de esta especie.

 

“En la naturaleza, los mamíferos machos contribuyen relativamente poco a la crianza de los recién nacidos, especialmente cuando sólo son las hembras tienen la posibilidad de amamantar a sus hijos” expresó Gilles. El cuidado infantil directo por parte de los machos ocurre en menos del 5% de todas las especies de mamíferos. El mono carayá no escaparía a esta conducta, “en el caso particular de Alouatta caraya, los machos no participan de ninguna manera en el cuidado parental. Observamos que una vez que la hembra tiene la cría, los machos juegan con los infantes y los juveniles, pero no desarrollan ningún tipo de cuidado”.


Observaciones. Para llegar a estas primeras conclusiones, Gilles junto al grupo de investigadores y voluntarias, observaron por meses a dos grupos de monos aulladores.

 

Luego que las hembras de ambos grupos de estudio murieron- una de ellas por ataque de perros- los machos “asumieron” el cuidado de los infantes.

 

“La rutina de estos machos era llevar a sus crías en la espalda, situación poco común porque no son de transportarlos. De ahí en más, a lo largo de la jornada comían, dormían juntos y ante la pérdida momentánea de las crías, emitían un sonido que les permitían localizarlos y volver con la rutina diaria con desplazamientos en una determinada área.”

 

Al cabo de 40 días, los investigadores encontraron a una de las crías muertas, producto de un enfrentamiento entre grupos, debido a una característica territorial que tiene la especie. La segunda cría también fue considerada muerta, pero no pudo hallarse el cadáver.

 

Esta experiencia llevó a concluir que los machos no tuvieron la capacidad de lograr la supervivencia de sus crías.

 

“Basado en seguimiento de los grupos de estudios en el tiempo, es posible que los machos adoptantes sean padres de los infantes huérfanos. En este caso el cuidado de las crías podría ser un caso de selección por parentesco”, señaló la licenciada Gilles.

 

La importancia de indagar este rol está en que “los comportamientos realizados por padres putativos/sociales, pueden tener efectos positivos en el desarrollo, crecimiento y bienestar y/o supervivencia del infante”.

 

“Esto es un evento nunca antes registrado para la especie, lo cual es muy llamativo, dado que hace más de 40 años se estudia monos caraya en este la Estación Biológica Corrientes. Es muy probable que esto esté relacionado a las actividades antrópicas realizadas en esa área” señaló la licenciada Gilles

Datos. La especie está categorizada “En Peligro” para Misiones y “Vulnerable” para Chaco, Formosa, Santa Fe, y Corrientes. Los monos aulladores negros y dorados se caracterizan por tener períodos de gestación de 152 a 195 días con una lactancia de 300 a 365 días aproximadamente. Paren una sola cría que pesa alrededor de 125 g y el cuidado por parte de la madre se prolonga por un año.

 

El equipo de investigación además estuvo integrado por: Rodrigo Bay Jouliá; Francisco Sánchez-Gavier y Martin M. Kowalewski.

 

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