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Sobrevivió al atentado de las Torres Gemelas y rehízo su vida en la Argentina: 20 años después, volvió a Nueva York para un documental
10.09.2021 11:10| David English es un estadounidense que empezó de nuevo en Mendoza, donde formó una familia. En diálogo con TN, asegura: “Mi sueño americano se convirtió en un sueño argentino”. Su crítica a la intervención en Afganistán y el poder de salir adelante.
Pasaron casi veinte años hasta que David English pudo volver al lugar del trauma. En diálogo con TN, cuenta que solo lo hizo por las preguntas de su hijo Benjamín que quiso conocer su historia. En la mañana del 11 de septiembre de 2001, él tenía treinta años y salía de su casa con un contrato de trabajo en la sede central de un gran banco. Un contrato que iba a cambiarle la vida. Ignoraba, en ese momento, que esa vida estaba por cambiar para siempre, pero por otro motivo.
“Cuando salía de mi casa con ese papel para firmar, vital para mi carrera, sucedió el primer impacto. No lo vi y no me di cuenta de la gravedad de la situación, como muchos otros en la calle, que es como una calle de Buenos Aires, llena de ruido y cosas que pasan todo el tiempo. Pensamos que había habido algún tipo de accidente, un helicóptero, una avioneta que había chocado con alguna torre. Pero como se había sentido ese ruido paré y llamé a mi papá. Pensé que quizá salía algo en las noticias y quería dejarlo tranquilo. Le dije que estaba bien, que se quedara tranquilo. Apenas corté la comunicación, pasó por encima mío el segundo avión y explotó casi en mi cabeza. Yo había llamado desde una esquina, una estación de subte ubicada debajo de las Torres Gemelas. En ese momento me cambió la vida. Y si mi hijo no hubiera preguntado, creo que no hubiera vuelto a la Zona Cero nunca más”, explica a este medio.
Las escenas que siguieron están grabadas en su cabeza. Prefiere no describirlas, pero sí dice que, entre la gente que corría, lo que más lo conmovió fue sentirse rodeado de personas que recibían llamados de sus seres queridos desde la torre.
—¿Cómo tomaste la decisión de irte en los días que siguieron?
—Yo vivía enfrente, al otro lado del Río Hudson, frente a la Zona Cero. Estaba muy cerca del pozo tóxico, con el humo todo el día saliendo de ahí. Con amigos en mi edificio que habían muerto. Y estaba sin trabajo. Con los caza F16 volando todo el tiempo, de día y de noche, con los militares en las calles. No tenía ningún sentido quedarme en Nueva York. Perdí las esperanzas en la ciudad. Entonces, esta experiencia de la Argentina tan positiva que había tenido años antes, de un lugar lleno de buena gente, me vino a la cabeza. Como una idea de empezar de nuevo.
David había estado en la Argentina en un viaje de intercambio en 1998. En los pocos días que siguieron al atentado, perdió amigos, vecinos, gente conocida y el trabajo. Cuando le contó a los suyos que se iba a vivir a nuestro país, pensaron que estaba loco.
“El sueño americano se convirtió en sueño argentino -asegura-. Estoy muy contento en la Argentina, donde la vida es mejor que en Nueva York. Me encantan las costumbres argentinas. El sueño que estoy viviendo es el que tuvieron muchos abuelos que emigraron hacia acá. A veces me dicen que estoy loco, si todo el mundo se quiere ir y yo me quiero quedar. Pero creo que se olvidan que sus propios abuelos o bisabuelos vinieron a la Argentina por todo lo que ofrece. En algunos sentidos, sigue siendo un país rico. Claramente no se trata de seguridad económica y tampoco tiene que ver con su política. Son sus costumbres las que hacen a la calidad de vida. Al menos en Mendoza, hay domingos sagrados en familia, ñoquis que se amasan en la cocina con la abuela, juntadas en el parque a tomar mate, salidas a bailar toda la noche, asado con los amigos. Esas cosas no existen en Alemania o los Estados Unidos, donde hay un mejor standard de vida. La gente a veces se olvida de esas cosas cuando critica su país o decide irse. A veces soy más patriota que ellos”.
—¡Tiene que contratarte el Ministerio de Turismo!
—Ah, sí, soy un gran embajador —se ríe—. Es cierto que cambié un quilombo por otro. Dejé la tragedia por la crisis de 2001-2002 en la Argentina. Pero una crisis económica y política a veces también ofrece oportunidades. Para un emprendedor, con ganas de crear su propio negocio, fue una gran oportunidad esa crisis argentina.
—¿Qué efecto tuvo el paso del tiempo en la distancia? ¿Dirías que adquiriste otra mirada sobre lo que pasó?
—Hay cosas que me van a quedar para siempre, pero ahora tengo más tiempo para mirar atrás, para ver cómo me ha cambiado la vida. Y cómo han cambiado las sociedades como la norteamericana, para mejor y peor. Cómo afectó a la gente en los Estados Unidos, en su mentalidad. Con cosas que recuerdan a lo que se ve en la pandemia: el miedo, a veces excesivo; el rol de los medios en todo eso. Ahora puedo analizar con más profundidad lo que pasó y cómo nos impactó a todos.
—Se cumplen veinte años del ataque de las Torres Gemelas con los talibanes en el poder en Afganistán. ¿Cuál es tu mirada sobre lo que vino después?
—Es como la historia del ser humano, estas idas y vueltas que se ven en todas las historias. Nada me sorprende. Digo, la guerra y los gobiernos imponiendo nunca son una solución. La soluciones tienen que venir del pueblo, de los individuos, de los emprendedores. El pueblo de Afganistán tiene que solucionar sus propios problemas entre ellos y no a través de un país, un ejercito, un gobierno que viene de afuera. En los Estados Unidos hay un clima muy crítico hacia la intervención, sí, pero unos la consideran un fracaso por una razón y otros por la razón contraria. La izquierda echa la culpa a la derecha y viceversa. Pero sin duda ha sido un fracaso. Me parece que todos tienen un poco la culpa.
Esta entrevista con David sucede vía Zoom porque está en su país por cuestiones familiares. Su primer regreso, poco tiempo atrás, implicó su primera visita a la Zona Cero junto a su hijo. Una visita que fue registrada para un documental que se estrenará hacia fin de año por la demora pandémica. ¿Porqué hacer una película? English cree en el poder de compartir su historia.
“A veces, de las tragedias pueden nacer cosas positivas”, argumenta. “Oportunidades para mejorar nuestras vidas. Soy ese tipo de persona, busco el lado positivo de las cosas. Por eso no pienso volver a los Estados Unidos. Porque todo lo bueno que a mí me pasó en la Argentina se debe, en parte, a lo que me pasó en esa mañana del 11 de septiembre de 2001″.