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Stanovnik comparó a San José con los héroes anónimos de la pandemia
20.03.2021 10:15| El Arzobispo, anoche, encabezó la misa central en el Día de la Solemnidad de ese santo, quien fue el padre adoptivo de Jesús.
El arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, anoche presidió, en la Iglesia Catedral, la misa por la Solemnidad de San José.
A párrafos seguidos, se difunde segmentos de lo que fue la homilía del Pastor correntino.
Hoy nos alegramos con toda la Iglesia porque celebramos a San José, esposo de la Virgen María. Nuestra alegría aumenta porque el Papa nos invitó a contemplar durante todo el año esta extraordinaria figura de hombre justo y santo. Con la hermosa carta que escribió el Santo Padre con ocasión del Año de San José, nos introduce en la contemplación del que fue el padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María, y nos hace descubrir unos rasgos bellísimos de este varón como padre amado, padre en la ternura, padre en la obediencia, padre en la acogida y otros títulos que lo engrandecen y se convierten en propuestas luminosas para vivir nuestra vida cotidiana.
Hoy es providencial que destaquemos la figura de San José por varios motivos que van desde su lugar único como intercesor y protector de la Iglesia, hasta el hombre que supo cuidar y proteger con audacia y sabiduría a su mujer y al hijo que le fue encomendado.
Hoy, presentar a San José, varón y padre comprometido, y a Santa María, mujer y madre acogedora de la vida, y a ambos, esposos fieles y proyectados a hacer lo que Dios quiere y no lo que a ellos les gustaría hacer, es altamente ejemplar y profético.
En una sociedad en la que prevalece cada vez más el “todo vale” y que lo único que importa es hacer lo que uno siente, independientemente de si eso es bueno o malo, este gran hombre y grandísimo santo nos enseña que el camino para ser feliz no es ese, tampoco para madurar como persona y menos aún para convivir pacíficamente con otros.
Y allí mismo, se nos hace ver cómo este santo esposo de la Virgen María, es una existencia luminosa para la crisis que ha provocado la pandemia, porque inspira respuestas heroicas en tantas personas que se hacen cargo de los otros y “que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo.
Todos pueden encontrar en san José -el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación.
Encomendémonos con toda confianza a San José y supliquemos su intercesión para que podamos ser contados entre aquellos que se hacen cargo de los más frágiles, los cuidan y acompañan, sin buscar protagonismos ni reconocimientos humanos; que son responsables en la misión que se les encomienda y que siempre responden con el bien, son pacientes, justos y jamás desprecian a los otros, sino que tratan por todos los medios de cultivar lazos fraternos con todos. Con el lema que nos acompaña durante este año: “San José, con corazón de padre, custodia nuestra fe”.